Pestañas

30 octubre, 2010

En lista de espera

Esta semana tengo que añadir tres nuevos libros -tres regalos- a la lista de espera de lectura. Y por lo tanto me siento triplemente afortunado porque para mí no hay mejor regalo posible que un libro. Dos de ellos son cuentos y el tercero una novela del reciente Premio Nobel de Literatura:

- Cuentos memorables según Borges (Punto de Lectura).
- Melhores contos del brasileño Caio Fernando Abreu (Global Edita).
- El paraíso en la otra esquina de Mario Vargas Llosa (Alfaguara).

25 octubre, 2010

Once joyas de Alice Munro


Siempre hubiera querido descubrir algún tesoro, un tesoro de verdad, como aquellos que desenterraban los piratas al pie de una palmera en una isla desierta. Pero es verdad que, aún con un detector de metales, es cosa bastante improbable. Sin embargo, la literatura ofrece oportunidades similares -bueno, es verdad que nadie se ha hecho rico leyendo libros- y nos pone delante grandes y pequeños tesoros que de alguna forma enriquecen nuestra vida.

Incluso físicamente. Así encontré yo uno en la estantería de una librería. Aquel libro no estaba colocado como debiera, es decir, entre otros dos libros enseñando únicamente el lomo, sino que estaba de frente, en perpendicular a la hilera de libros mostrando su portada azul. Por eso lo ví de inmediato, reconocí a su autora y comprobé, además, que no había más ejemplares. No podía dejar pasar aquella oportunidad: miré a derecha e izquierda, lo alcancé con la mano y me lo llevé (eso sí, pasé antes por caja para pagarlo).

Ese tesoro es 'El progreso del amor' de Alice Munro (Ontario, Canadá. 1931), un libro de once maravillosos relatos. He de decir que, como en otras ocasiones, fue también sobre las nubes -en un vuelo transatlántico entre Madrid y Nueva York-, donde destapé el cofre y descubrí esta joya literaria que recuperé de la maleta. Siempre pienso que un avión, con horas de viaje por delante, es una maravillosa sala de lectura. Son pocas las distracciones y el placer de leer se multiplica por dos.

Abrí el libro, y el primer relato que da nombre al libro comenzaba así:

"Me llamaron por teléfono al trabajo, y era mi padre. Ocurrió poco después de mi divorcio, en las oficinas de la agencia. Mis dos hijos estaban en el colegio. Era un día de septiembre bastante caluroso".

De ahí en adelante (también continué leyendo por las nubes en otro viaje de ida y vuelta a Puerto Rico) comprendí que aquel tesoro de once joyas brillantes tenía un valor incalculable.

Todos los relatos son historias que hablan de personajes y vidas marginales tocadas por algún suceso extraordinario. Me gustaron todos ellos pero podría resaltar especialmente (porque así lo marqué mientras leía) cuentos como 'El progreso del amor', 'Monsieur les deux chapeaux' o 'La luna en la pista de hielo de Orange Street'. Al primero de ellos pertenecen estas frases que subrayé:

- “Una sola gota de odio en tu alma se extenderá por todas partes y lo destruirá todo, como una gota de tinta en la leche blanca”.

- "En verano entraba por las ventanas abiertas el olor a cedro del cementerio y de vez en cuando el ruido, casi sacrílego, de un coche que iba como un rayo por la carretera".


    No había leído antes a Alice Munro pero espero poder desenterrar a partir de ahora otros tesoros suyos. En un artículo en Financial Times, Lesley McDowell -autora de 'Between the Sheets: The Famous Literary Liaisons of Nine Twentieth-Century Women Writers'-, reflexiona sobre el papel de las mujeres y la escritura de ficción breve. “The urge to probe a vital connection between women and the short story is surely, therefore, an irrational one. But is also compelling given the number of women who excel at the art”. Y a quien cita como primera de la lista es a Alice Munro. Continúa McDowell preguntándose: “Why do so many women writers choose to privilege the art of short story above other literary forms?”.

    Yo no tengo la respuesta pero sí me viene a la cabeza el recuerdo de Josefina Aldecoa, otra maravillosa autora de cuentos. 

    Finalmente, cuando a otra mujer escritora como la irlandesa Emma Donohuge, le preguntan en Small Talk, también en Financial Times, quiénes son sus influencias literarias, cita igualmente entre ellas a Munro y, lo que es más interesante, el motivo por el que lo hace, que me parece un perfecto resumen de lo que ofrece la lectura de sus cuentos. “Who are your literary influences?: Austen. Dickens. Alice Munro, whose books are a model of how to get a lot into a few pages”.

    - Para leer una entrevista (en inglés) con Alice Munro haz click aquí
    - Crítica literaria de Javier Fernández de Castro, haz click aquí.

    16 octubre, 2010

    «Freedom» o el libro papagayo de Jonathan Franzen

    ¿Por qué -me pregunto- un libro que ha sido calificado como obra maestra, la “gran novela americana del siglo XXI”, se publica con un diseño de portada tan poco atractivo?

    Me refiero a ‘Freedom’ (Farrar Straus Giroux, 2010), la cuarta novela de Jonathan Franzen (Western Springs, 1959), a quién algunos ya consideran merecedor del título de Gran Novelista Americano. Entre otros, la revista Time, que situó su fotografía en portada, algo reservado hasta ahora únicamente a autores de la talla de James Joyce, John Updike, Toni Morrison, Vladimir Navokov, J.D. Slinger y Tom Wolfe.

    Estoy hablando de continente y contenido y, por lo tanto, alguien puede pensar que lo realmente importante es lo que Franzen ha escrito. Es cierto, pero eso es un juicio sobre el autor, y no sobre el libro que, al final, es un objeto que se vende y cuesta dinero. ¿No se cuida al máximo el diseño del envase de un perfume o de una caja de bombones? ¿No se aprecia mejor el vino -el contenido- en una copa de cristal que en un vaso de plástico?

    La belleza exterior de las cosas –como de las personas- y por tanto también de los libros, ayuda a valorar lo que hay dentro de ellas. Insisto, ya sean cosas, personas o libros. En todos los casos, el grado de belleza que les adjudiquemos siempre será subjetivo, por supuesto. Pero igual que está admitido generalmente que se viste mejor y hay gente más elegante en Italia que en otras partes del mundo, lo mismo se puede decir de los libros, que se editan mejor en España o en Europa que en los Estados Unidos.

    No creo que una de las mejores novelas de toda la literatura americana –un libro literario- merezca publicarse en una edición tan poco cuidada y con una portada tan fea. No lo merece sino que desmerece la calidad de las casi 600 páginas de su interior.

    Quizá la clave haya que buscarla en el deseo del editor de aplicar a la obra de Frazen, las técnicas comerciales del Best-Seller. A este respecto dice Muñoz Molina, como ya comentaba en otra entrada de este mismo blog, que el libro literario "es incompatible con el ecosistema de las grandes superficies. Desaparecen las librerías independientes y las grandes editoriales alquilan espacios en las Barnes & Noble de turno, donde los libros son cada vez más grandes y de colores más llamativos, como los papagayos".

    La estética de Freedom me recuerda a una obra de ciencia ficción (las letras del título parecen retroceder en el tiempo), a un manual de ornitología o de Twitter (por el pájaro azul) o a un cartel de cine anunciando 'En el estanque dorado' (por el lago y la luz crepuscular).

    No sé si he dejado claro que no me gusta la portada de Freedom. Lo puedo decir otra vez pero no quiero resultar pesado. Y sin embargo, por supuesto que me gustaría leer esta gran novela americana; sólo confío en que cuando se traduzca al español la edición y la portada estén a la altura de su calidad literaria. No tienen que ser condiciones incompatibles.

    Y me pregunto finalmente: ¿Le gustará a Jonathan Franzen la portada que la editorial ha elegido para su novela? ¿Le habrán preguntado su opinión antes de imprimir el libro?

    Las gafas de Franzen
    Franzen y su novela han estado últimamente en la picota de los medios de comunicación, ya no sólo y fundamentalmente por la unanimidad sobre su calidad literaria, sino por otras circunstancias entorno a su publicación. Entre ellas, los errores de impresión que incluía la primera edición británica -que no se correspondía con la versión final del texto- o el robo en directo de sus peculiares gafas, aparentemente por unos gamberros, durante la fiesta de presentación del libro en Londres.

    • Una novela para la era Obama, artículo de Eduardo Lago para El País aquí.
    • Freedom, reseña en The New York Times aquí.

    02 octubre, 2010

    «El alquimista» a destiempo

    Otra de las lecturas de verano fue el clásico de Paulo Coelho 'El alquimista' (Ediciones Obelisco. Barcelona, 1997). Aunque supongo que muchos lo habréis leído hace mucho yo no lo había hecho, a pesar de que el libro llevaba años en casa, supongo que esperando su ocasión de ser leído. Por cierto, es interesante pensar que pueda haber libros tristes porque nadie los lee.

    Pensé que el verano era un buen momento para saldar esa deuda pero, o bien yo no lo leí con la calma que el texto requiere, o bien no me pareció que mereciera la popularidad y la fama que lo precede. Es decir, me decepcionó. No encontré nada de lo que esperaba, quizá un revulsivo, alguna chispa que hace contacto en tu interior y te lleva a formular un propósito elevado. No lo encontré -quizá es un libro para leer con menos años y yo lo hice a destiempo- y únicamente leí un cuento predecible, una historia de aprendiz y maestro con el desierto al fondo, un simple libro de autoayuda.

    Si para ti su lectura significó algo más importante, me gustaría conocer tus razones.

    Historia Personal
    "El muchacho no sabía lo que era Historia Personal.
    - Es aquello que tú siempre deseaste hacer. Todas las personas, al comienzo de la juventud, saben cuál es su Historia Personal. En esa altura de la vida, todo está claro, todo es posible, y ellas no tienen miedo de soñar y desear todo aquello que les gustaría hacer en sus vidas. No obstante, a medida que va transcurriendo el tiempo, una fuerza misteriosa empieza a tratar de demostrar que es imposible realizar la Historia Personal".

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