Premio Strega 2008 |
"Los números primos sólo son exactamente divisibles por 1 y por sí mismos. Ocupan su sitio en la infinita serie de los números naturales y están, como todos los demás, emparedados entre otros dos números, aunque ellos más separados entre sí".
Incluyo esta cita, que no está al comienzo sino en la mitad de «La soledad de los números primos» (Salamandra, 2009), porque da una pista perfecta de lo que podemos encontrar en esta opera prima del italiano Paolo Giordano: la metáfora que explica "la conmovedora historia de Alice y Mattia, dos seres cuyas vidas han quedado condicionadas por las consecuencias irreversibles de sendos episodios ocurridos en su niñez".
Comencé su lectura con cierta prevención pero todas mis dudas se disiparon conforme iba introduciéndome en la historia y en sus personajes. Eso es la "La soledad...", el relato que nos muestra la relación de sus dos protagonistas -dos caracteres muy especiales y muy literarios- en el tránsito desde su adolescencia hasta la vida adulta.
Es una historia que atrapa aunque tiene altibajos en su desarrollo y, en mi opinión, algunas lagunas a la hora de hacer totalmente creíble la vida de ambos personajes. Parece imposible por ejemplo, que, aunque la personalidad de Mattia no cambie con los años, las circunstancias de la vida no le cambien siquiera un ápice, o que el problema de Alice no tenga otras consecuencias en su vida "real".
Sin embargo, es una novela que tiene muy pocos "peros", que yo recomiendo leer y que gustará a quien guste una historia que conmueve, con unos personajes que cautivan, además de un lenguaje cuidado y unos diálogos muy bien escritos. Una de esas novelas que uno imagina que pueda convertirse en algún momento en película, lo que -por cierto-, creo que ya ha debido de ocurrir.
Algunas frases que subrayé mientras leía:
- Su madre ya vivía en ella en forma de recuerdo, como un grano de polen que se hubiera posado en algún rincón de su memoria, donde permanecería el resto de su vida convertida en unas cuantas imágenes sin sonido.
- Y Alice sonrió pensando que quizá aquélla sería la primera media verdad de los esposos, la primera de las pequeñas grietas que se crean entre dos personas, por las que tarde o temprano la vida introduce su ganzúa y hace palanca.
- Las decisiones se toman en unos segundos y se pagan el resto de la vida.