Pestañas

31 julio, 2007

Cincel de emociones

A propósito de un artículo publicado hoy en la contraportada de El País -"Hillary: ambiciones a la carta (la correspondencia de la candidata presidencial revela sus aspiraciones)"-, Bárbara Cellis escribe desde Nueva York:

"La palabra escrita tiene el poder de cincelar emociones y experiencias del pasado que a veces ni siquiera la memoria es capaz de recordar".

30 julio, 2007

Buscad y hallaréis

Ayer fue el XVII Domingo del Tiempo Ordinario. Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 1-13:

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos." Él les dijo: "Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación. "Y les dijo: "Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: "Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle. "Y, desde dentro, el otro le responde: "No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos. "Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues así os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?"

27 julio, 2007

Apuntes II (Casa Gades)

Una casa de comidas que he visto mutar. Han cambiado la pintura, los clientes y los camareros. Permanecen los cuadros, los veladores de mármol y Marta, la camarera que viste de negro y siempre sonríe.
Se fueron hasta los manteles para dejar su sitio a mantelitos y servilletas de papel. Siempre la buena pasta del menú del día, el helado de cornete, el Vichy Catalán y, a veces, la música estridente que ahoga las conversaciones de oficinistas, turistas y comensales de paso. Antes, en dos plantas de piso grande antiguo, saloncitos donde elegir mesa. Ahora, arriba a la izquierda, fumadores; arriba, a la derecha, no fumadores. En el centro, oculta por un cortinaje de terciopelo rojo, la cocina de donde salen los platos. Al fondo, bajando las escaleras a la derecha, los baños.
Marta, la camarera que viste de negro -incluido el delantal que ciñe a la cintura- pareciera brasileña. Tez morena, el pelo cayendo en rizos negros también sobre los hombros, y el culo apretado y generoso. Pero nació en la tierra del café, en Colombia. No me lo dijo, apenas intercambiamos unas frases cuando toma la comanda y sirve la comida, pero lo escuché de su boca porque alguien hizo la pregunta que yo no hice. "Colombiana", contestó tímida. Todo lo contrario a sus carcajadas sonoras y frescas, que son marca de la casa, de Casa Gades, la casa de comidas y de exposiciones, tertulias y cartas de noche (que yo no conozco) en la calle del Conde de Xiquena, en el viejo y señorial Madrid que también desde hace años restaura sus fachadas.

Metzi Rigatte al Pesto
Chuletas de cordero
Cornete de helado
Vino y gasesosa
9,50 euros

24 julio, 2007

Revelar el pensamiento

En una entrevista que publica el Magazine de El Mundo, Vicente Aranda, cineasta español de 80 años, ofrece su consejo para los jóvenes de hoy:


"Que lean, para que aprendan a escribir y a expresarse, porque la verdadera libertad es la libertad de expresión: la palabra nos ha sido dada para revelar el pensamiento".

17 julio, 2007

Estremecerse en verano

Hay muchas razones para estremecerse en verano, un tiempo distinto para muchas cosas que quizá no encuentran hueco durante el resto del año, cosa que también suena un poco a tópico. Pero es verdad que parece un momento idóneo para zambullirse en la lectura. Lo expresa mejor que yo en ABC de las Artes y las Letras J.J. Armas Marcelo en un artículo titulado "Lectores de verano": "El lector de verano no tiene prisa. Como la luz de un sueño, se va desplazando de metro en metro -de página en página- con una paciencia que en el resto de los meses no puede practicar como lo que es, una de las bellas artes para sobrevivir".
Hace algunas semanas que elegí y compré mi lectura para este verano, ciertamente una novela para saborear (espero) con tiempo y con algo de tranquilidad de espíritu. De hecho, ayer le hinqué el diente a las primeras páginas de "La montaña mágica" de Thomas Mann, uno de esos libros que creo tener el deber de leer, confiando, eso sí, en no tener que tirar la toalla en el intento como me sucedió con el "Ulises" de Joyce. Y en un tris he estado de empezar el verano leyendo a Harry Potter. Y lo haré algún día; aunque T. Mann seguramente no tenga nada que ver con J. K. Rowling. Simplemente porque siento curiosidad por saber qué ha embelesado a tantos jóvenes que de otra manera probablemente no habrían leído ningún otro libro en la vida.
Y porque como dice Armas Marcelo "quienes prefieren la lectura como simple entretenimiento (y no como estremecimiento de sí mismos) están en su derecho de perder el tiempo". Pues eso, que espero estremecerme este verano con La montaña mágica.

15 julio, 2007

Novela histórica

Andrés Ibañez escribe en ABC de las Artes y las Letras sobre el debate entre literatura exigente y literatura de consumo en un artículo titulado "Del canon al clon". En él establece diversas tesis "sobre el fin de una época". Me ha llamado la atención la Tesis Sexta, con la que coincido plenamente:

"Podemos gritar e indignarnos contra la invasión de "productos" literarios fabricados en serie, novelas históricas con clave espiritual, novelas de conspiraciones que atraviesan si esfuerzo los siglos o los milenios, novelas donde se revelan las "claves secretas" de célebres obras de arte, novelas que reinterpretan el legado espiritual de Occidente desde Cristo a los cátaros, pasando por los alquimistas o los templarios. Pero el éxito de esta literatura sólo puede tener una explicación: que, por muy pobre que sea intelectual y artísticamente, responde a las necesidades de nuestra época y, de algún modo, la refleja. Los lectores no buscan esos libros porque sean bobos que se dejan embaucar por una serie de hábiles mercachifles. Ni los mercachifles son tan hábiles ni los lectores son tan bobos. Los lectores saben lo que quieren, y leen esos libros porque los temas de los que hablan les interesan y les preocupan".
***
Por otra parte, y en otro artículo muy sugerente, "Dar la cara", Ibañez señala que "antes de comprar el libro, uno desea mirar a los ojos, aunque sea en una foto (y aunque a veces los aparte), a la persona que lo escribió". Es verdad.

12 julio, 2007

Abandono

Estoy a punto de hacerlo o más bien creo que ya he tomado la decisión. Me refiero a abandonar la lectura de un libro que recuperé de mi biblioteca y cuya lectura he ido posponiendo con el paso de los años, pues se trata de un regalo por mi cumpleaños cuando cumplí los 22 allá en 1984. Es decir han pasado otros 22 y pensé que ya había llegado la hora de leer el "Ulises" de James Joyce. Llevo leidas 290 páginas de una edición de bolsillo en dos tomos (Editorial Brugera - Lumen 9ª edición Noviembre 1983), pero no consigo conectar con la historia, ni con los personajes ni -mucho menos- con el lenguaje. Aunque en la contraportada se dice que desde su publicación en 1922 "Ulises de James Joyce ha sido considerada la obra cumbre de nuestro siglo" creo que no soy capaz de continuar. Me creí en el deber de tener que leer esta obra, pero su incomprensión después de un gran esfuerzo me lleva ahora a abandonar su lectura. Algo que nunca me ha gustado y que únicamente había hecho antes en dos ocasiones: con "La conjura de los necios", de John Kennedy Toole (Editorial Anagrama 15ª edición Julio 1984) y "Memorias de Adriano", de Marguerite Yourcenar (traducción de Julio Cortázar) (Edhasa 17ª reimpresión Enero 1988). En el primer caso por la supuesta hilaridad que debía sentir al leerlo y que no me hizo ninguna gracia y, en el segundo, reconozco no recordar un motivo concreto y que sí me gustaría volver a intentarlo seguro que ya con otra perspectiva pues fue también hace muchos años.
Ulises sería entonces el tercer libro abandonado. ¿La razón? También está en la contraportada del libro: "A pesar de haberse afirmado en repetidas ocasiones que el lenguaje -con toda su riqueza poética y su poder de sugestión musical- es el verdadero protagonista de la novela, la compeljidad de sus resonancias simbólicas hacen de esta obra la gran epopeya de la modernidad". El lenguaje es endiablado, farragoso, inconexo, y las resonancias simbólicas yo nos las siento o no las comprendo. Y otra razón; mientras sufro con el esfuerzo de avanzar con Ulises -en espera de encontrar un sentido que se me resiste- me robo a mí mismo tiempo de gozar de otras lecturas.

02 julio, 2007

Amelia Earhart

Leo en La Gaceta de los Negocios que hace hoy 70 años de la desaparición de Amelia Earhart, una aviadora americana que en los años treinta se hizo célebre por ser la primera mujer que cruzó el Atlántico en un vuelo en solitario. Fue un 20 de mayo de 1932, cinco años después del mítico vuelo de Charles Lindbergh. Y hace varios años que conocí la historia de esta aventurera americana a través de un artículo en National Geographic que intentaba determinar el lugar del accidente que le costó la vida y recuperar sus restos. Me encandiló aquella mujer pionera y atractiva nacida un 24 de julio de 1897 en Atchison (Kansas) que se dejó la vida en el intento de realizar una travesía alrededor del mundo a bordo de su avioneta Lockheed Electra.
La primera etapa le lleva de Honolulu a Oakland (California). Durante el despegue sufre un accidente y el avió resulta dañado. Después de la reparación, Amelia parte de Los Ángeles hacia Florida, con la única compañía de Noonan. De Miami se dirige a Puerto Rico. Luego recorren la costa de América del Sur, cruzan el Atlántico, sobrevuelan África y alcanzan el Mar Rojo. El viaje continúa hacia Karachi, en la India, con posteriores etapas en Calcuta, Rangoon, Bangkok, Singapur y Bandoeng, donde permanecen una semana y ella enferma de disentería. El 27 de junio parte para Darwin, en Australia, y dos días después alcanza Lae, en Nueva Guinea. Las fotos en el Herald Tribune, que serán las últimas de Amelia Earhart, la muestran cansada y enferma. De allí parte el día 2 de julio de 1937, en medio de chubascos. Desde el despegue mantiene el enlace de radio con el guardacostas US Itasca, que se encuentra en las proximidades de Howland, su lugar de destino. El barco recibe un mensaje informando de que creen estar sobrevolándolo pero sin lograr verlo y la noticia de que el combustible se está agotando. A las 20,14 horas, el US Itasca recibe el último mensaje. El combustible alcanzaba para un máximo de 21 horas de vuelo. A las 21,30 dan por perdido el avión ycomienzan la búsqueda en las proximidades de la isla Howland. La operación cuenta con unos medios extraordinarios autorizados por el presidente Roosevelt, pero no hay rastaro de Earhart ni de Noonan. Su vida de aventurera, motor de su existencia, acaba a los 40 años en las aguas del Océano Pacífico.
Amelia Earhart has inspired generations of women to do things that had never been done by women before.

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