Pestañas

24 marzo, 2009

Literatura en la acera

Eran las nueve de la noche (9:00 p.m. como dicen aquí) y volvía de dejar el coche en el parking. En la acera, antes de llegar a Columbus Avenue, había una bolsa de plástico abierta que dejaba ver algunos libros. No lo dudé, no pasaba nadie y me agaché a recogerlos. Dejé uno solo -era más un folleto que un libro- y cogí los cinco restantes. Dos títulos han convertido el descubrimiento en un pequeño tesoro: 'Crime and punishment' (Crimen y castigo) de Fyodor Dostoevsky y 'A farewell to arms' (Adiós a las armas) de Ernest Hemingway.

'Crime and punishment' es una primera impresión de A Washington Square Press, New York(Collateral Classic) de 1966 que costaba 75 centavos. Contiene unás páginas centrales (Reader's supplement) con ilustraciones, vocabulario, alusiones literarias y revisiones críticas. El papel amarillea y tiene el olor que sólo perdura en los libros tras el paso de los años.

'A farewell to arms' es una edición de 1969 de Charles Scribner's Sons, New York (Contemporary Classics). El libro pertenecía a Berkley High School (Berkley, California) como atestigua el sello en la contraportada interior donde se puede ver el nombre de varios estudiantes y profesores escritos a mano, el último de Mrs. L. Woodson. Está registrado como Free Text Book No. 002808 (This book is loaned to the students by the Berkley Board of Education and any loss or damage must be .... for by the student to whom the book is issued).

No he leído ninguno de los dos. El destino le pone a uno frente a estos desafíos...

22 marzo, 2009

Proverbio africano

Tuve la oportunidad de asistir a una conferencia de Al Gore: "Thinking green: economic strategy for the 21st Century". Al Gore, que fue vicepresidente de Estados Unidos, es de esas personas que saben dirigirse a un auditorio, que sabe expresar lo que quiere decir, lo dice de una forma que cautiva y utiliza un tono de voz que modula a conveniencia. También el contenido era interesante, hasta el punto de hacerte pensar que hemos de hacer algo urgente por salvar nuestro planeta. Pero si algo recuerdo de sus palabras fue el proverbio africano que citó para reforzar uno de sus argumentos (ahora no recuerdo cuál). Era africano, pero él lo dijo en inglés:

"If you want to be quickly, go alone. If you want to go farther, go together".

21 marzo, 2009

Mendel el de los libros

Me tomé un respiro para leer 'Mendel el de los libros' (Acantilado, Barcelona 2009), un librito de 57 páginas del autor vienés Stefan Zweig. Es un relato delicioso escrito en 1929 "sobre la exclusión en la Europa de la primera mitad del siglo XX". Jakob Mendel, el protagonista, es un excéntrico librero de viejo que pasa sus días sentado en la misma mesa del café Gluk de Viena.

"Sentí un regusto amargo en los labios. El regusto de la fugacidad. ¿Para qué vivimos, si el viento tras nuestros zapatos ya se está llevando nuestras últimas huellas?".
(... ...)
"Precisamente yo, que debía saber que los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido".

De Stefan Zweig había leido ya 'La impaciencia del corazón' -antes conocido como 'La piedad peligrosa'- que es una joya literaria y una perfecta novela romántica situada esta vez en los albores de la Gran Guerra. Si alguien no ha leído todavía a Stefan Zweig no debería tardar en hacerlo, aunque sea un autor que murió en Brasil hace ya muchos años, en 1942.

14 marzo, 2009

A thousand splendid suns

Ocho horas de vuelo de Madrid a Nueva York (IB6253) dan mucho de sí. Exceptuando las dos comidas que nos dieron, lo único que hice fue leer, por placer y -también con algo de urgencia- por necesidad. Quería terminar de leer "A thousand splendid suns" (Riverhead Books, 2007), la segunda novela de Khaled Hosseini, y poder acudir al día siguiente al reading group de Barnes & Noble para comentar el libro. Lo terminé justo antes de aterrizar, y en las nubes quedaron los personajes de la triste historia que cuenta el también autor de "The kite runner", un verdadero éxito convertido también en película.

A través de la vida de dos mujeres, Khaled Hosseini nos relata los años de la ocupación soviética de Afganistán, la llegada de los muyaidines y posteriormente de los talibanes; pero sobre todo, la situación de las mujeres en una sociedad donde su papel no está limitado sino que es inexistente. La descripción de los personajes y de las peripecias que atraviesan su vida a lo largo de varios años convierten la historia en una narración intensa que apetece seguir leyendo.

Al día siguiente me enfrenté a lo desconocido, un grupo de siete mujeres -sólo dos de ellas probablemente por debajo de los sesenta años- que hablaban del libro y de la historia en aquel reading group. Hice tres observaciones para no parecer descortés y mostrar interés, pero no me importa confesar que me encontraba incómodo. Cerca de una hora después, votaron el libro a leer para el mes siguiente. Me preguntaron si volvería, dije que lo intentaría y me escabullí escaleras abajo para tomar denuevo un poco de aire fresco. Me quedé en aquella tertulia porque me había pasado el viaje entero leyendo. Aunque envidio poder charlar en torno a un libro, creo que no volveré. Es importante el cómo y con quién hacerlo. Bueno, y también en qué idioma.

01 marzo, 2009

Apuntes III (Llovía en la calle Broadway)

Fui con mi hijo a Barnes & Noble buscando un libro de gramática inglesa. Había oscurecido ya y lloviznaba en nuestro paseo por la calle Broadway. Encontramos el libro y era pronto. En el segundo piso hay un espacio para conferencias dedicado a la presentación y comentario de libros. Estaba anunciada una presentación para las siete de la tarde y decidí quedarme, aunque después me di cuenta de que no era esa tarde sino que estaba prevista para otro día. En las sillas de aquel espacio había varias personas leyendo en silencio, como si se tratase de la sala de lectura de una biblioteca.Inmediatamente pensé que imitarles sería una buena idea, y busqué en una pantalla de ordenador el mismo libro que estoy leyendo en casa. Lo encontré en versión de tapa dura (hardcover) y me senté a leer allí como un newyorker más, retomando la historia de Mariam en aquel santuario de silencio y recogimiento. Delante de mí, en otra de aquellas sillas negras plegables, un hombre oriental había recogido algunos libros y manuales sobre aplicaciones para el iPhone (pensé que sería un desarrollador de aplicaciones, una especia de geniecillo de los que inventan esas cosas tan llamativas que luego vemos en la pantalla del teléfono de Apple). En el extremo de la primera fila –yo me sentaba atrás del todo- una mujer leía descalza, con las sandiazas a un lado, reposando los pies desnudos sobre la moqueta color barnesandnoble. En el frente de aquel patio de butacas, como un decorado de madera sobre la pared, se podía ver también el logotipo de la librería: “Barnes & Noble – Booksellers since 1873”. Mientras leía, a mi derecha, Joe Biden, el vicepresidente, me sonreía estúpidamente desde la portada de su libro Promises to keep. En la estantería de abajo, otro título recordaba por qué hablamos del Imperio Americano: To lead the world (American strategy after the Bush administration). Intenté abstraerme de aquellas miradas y seguí leyendo. Algunas personas se levantaban y otras ocupaban su lugar. Nadie parecía prestar atención a nadie. Seguí leyendo y había algunas palabras que no entendía. Recordé dónde estaban los diccionarios de inglés. Dejé mis cosas sobre la silla (libro, abrigo y paraguas) y fui a buscar un Oxford ‘minipocket’. Lo consulté en varias ocasiones y apunté su significado en un pequeño papel. Leí tres capítulos. Miré el reloj; se acercaba la hora de la cena. Devolví el libro y el diccionario a sus estanterías (otros dejaban libros y revistas sobre las sillas que luego los empleados recogían). Bajé a la primera planta, pagué el libro de gramática y salí otra vez a Broadway con la calle 82. Había dejado de llover.

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