"Sentí un regusto amargo en los labios. El regusto de la fugacidad. ¿Para qué vivimos, si el viento tras nuestros zapatos ya se está llevando nuestras últimas huellas?".
(... ...)
"Precisamente yo, que debía saber que los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido".
De Stefan Zweig había leido ya 'La impaciencia del corazón' -antes conocido como 'La piedad peligrosa'- que es una joya literaria y una perfecta novela romántica situada esta vez en los albores de la Gran Guerra. Si alguien no ha leído todavía a Stefan Zweig no debería tardar en hacerlo, aunque sea un autor que murió en Brasil hace ya muchos años, en 1942.
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