Pestañas

30 mayo, 2011

El pulmón para respirar la literatura

La poesía llega por sorpresa
Ya he confesado en alguna ocasión (Morada de luz) en este mismo cuaderno digital que la poesía ha encontrado un espacio mínimo en mis lecturas, y cuando digo mínimo me refiero a insignificante. Pero lo que me trae hoy a la poesía no ha sido precisamente ninguna lectura sino lo que durante los últimos días -en una especie de espontánea conjunción de planetas-, he escuchado o leído en boca de varios escritores.

Primero fue en Nueva York, en el Instituto Cervantes, cuando la dama del pelo plateado y Premio Cervantes -Ana María Matute- dijo sin dudar que "la poesía es el pulmón para respirar la literatura". Después fue el Nobel Vargas Llosa, quien en el VIII Festival Internacional de Poesía Ciudad de Granada, sentenció que "el género literario supremo y excelso, de una perfección inigualable, es la poesía, el más antiguo que existe y donde la lengua se transforma en algo verdaderamente rico y esplendoroso". Más tarde, Antonio Muñoz Molina -miembro de la Real Academia Española- escribía en su blog (Escrito en un instante) que "la poesía siempre llega por sorpresa". Y por último, también en Nueva York -en la Americas Society- un joven escritor, un pibe barbado de nombre Andrés Neuman y ganador del Premio de Novela Alfaguara 2009, elegía para leer a la audiencia, no algunos párrafos de sus novelas, sino versos propios. Curiosamente, y a pesar de reconocer la importancia del género, ninguno de ellos, salvo el pibe Neuman, escribe poesía.

En cualquier caso, y animado por esta confabulación de elementos, vuelvo a hacer propósito de enmienda: leeré poesía y me dejaré seducir por su palabra buscando encontrar la misma tabla de salvación que Vargas Llosa encontró en Góngora cuando estuvo "aturdido" al meterse en política: "aunque fueran quince minutos me sumergía en un mundo de absoluta perfección y belleza". Intentaré también fomentar el hábito y aprovechar lo liviano de los libros de poesía, como escribe Muñoz Molina: "Tras el descubrimiento viene el hábito. El poeta se nos queda en la mesa de noche, en el cuarto de trabajo, su libro siempre al alcance de la mano, guardado en el bolsillo de la chaqueta o de la gabardina para leer en el metro, o en el banco de un parque. Los libros de poesía suelen caber bien en un bolsillo".

Espero entonces ese momento de descubrir, de encontrarme con la poesía, de dotarme de ese pulmón que permite respirar la literatura. Mientras tanto, esperando la sorpresa y haciendo mío uno de los comentarios al post de Muñoz Molina, diré también que "no entiendo por qué mi cerebro no disfruta de estas maravillas como yo quisiera. No habrá llegado el momento"

P.D.- Se admiten sugerencias.

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Javier,
¿por qué será que se lee menos poesía que prosa? ¿Será, tal vez, por que los lectores disfrutamos de zambullirnos en los libros y escaparnos del mundo hasta que no nos dan más los ojos mientras que una poesía es de corto aliento? ¿O porque en el colegio - al menos en Argentina - en vez de enseñarnos a disfrutar de la poesía nos hacían descuartizarla en búsqueda de sus recursos literarios?
Pienso que hay que leer de a una poesía por vez, saborear morosamente sus palabras y rumiar sus significaciones ocultas.
Te mando de regalo una de Borges, que se llama "Buenos Aires":

Y la ciudad, ahora, es como un plano
de mis humillaciones y fracasos;
desde esa puerta he visto los ocasos
y ante ese mármol he aguardado en vano.

Aquí el incierto ayer y el hoy distinto
me han deparado los comunes casos
de toda suerte humana; aquí mis pasos
urden su incalculable laberinto.

Aquí la tarde cenicienta espera
el fruto que le debe la mañana;
aquí mi sombra en la no menos vana

sombra final se perderá, ligera.
No nos une el amor sino el espanto
será por eso que la quiero tanto.

(A esta poesía la busqué hace unos días: cada vez que oía hablar por la TV a los indignados españoles me venían a la cabeza las palabras de ese anteúltimo verso).

Beso
Marcela

Anónimo dijo...

Hola Javier:
Yo soy una convencida de que la poesía llega por sorpresa, tanto para leerla como para escribirla. No sabría darte una sugerencia, pero si agradecerte por este post.
Un abrazo,
Ana Rosa

Margari dijo...

Estoy de acuerdo con Marcela, en el cole no nos hacen disfrutar de la poesía. Más bien lo contrario, entre contar versos, recursos literarios, aprenderte los distintos tipos de poemas... ¡Uf! Se convierte en un tostón. Pero cuando te haces mayor y coges un libro de poesía para disfrutarlo, empiezas realmente a descubrir toda la belleza que encierran los versos. Y no te acuerdas de contar, y te da igual si es un soneto o lo que sea. ¿Una recomendación? Hay muchos poetas, pero con el que yo empecé a realmente acercarme a este género fue con el gran Benedetti, un auténtico maestro.
Besotes!!!

Teresa dijo...

Yo creo que la poesía requiere más concentración y nos cuesta dedicarle ese tiempo. Pero creo que merece la pena empezar en algún momento. Yo confieso que no leo mucha, pero poco a poco y con ayuda de un buen amigo , voy colgando algún poéma que otro. Yo creo que todos son muy bellos.
Si quieres leer algo a la derecha del blog hy un apartado "Categorías" ahí tengo "poesía" si picas encontrarás unas cuantas y espero que te gusten.
Un saludo
Teresa

Nuria dijo...

Poesía (Pedro Salinas)

"¿Tú sabes lo que eres
de mí?
¿Sabes tú el nombre?
No es
el que todos te llaman
esa palabra usada
que se dicen las gentes,
si besan o se quieren,
porque ya se lo han dicho
otros que se besaron.
Yo no lo sé, lo digo,
se me asoma a los labios
como una aurora virgen
de la que no soy dueño.
Tú tampoco lo sabes,
lo oyes. Y lo recibe
tu oído igual que el silencio
que nos llega hasta el alma
sin saber de qué ausencias
de ruidos está hecho.
¿Son letras, son sonidos?
Es mucho más antiguo...(...)"

La poesía requiera bajo mi punto de vista un estado de ánimo concreto, una disposición determinada, porque hay que dejarse llevar por la interpretación que nuestra mente le otrogue a esos versos, es más subjetiva...

He leído poca, poquísima poesía, pero siempre viene a mi memoria Salinas "La voz a ti debida" o "Razón de amor" por ejemplo

Un abrazo

Fernando López dijo...

A veces cuesta, otras no gusta. pero de vez en cuando uno encuentra cosas sublimes.. Y solo por eso merece la pena intentarlo.
Saludos

carmen dijo...

Lo que yo he hecho siempre se podría llamar "picotear en la poesía", digamos que no soy capaz de leerme de una tirada los "Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Neruda, pero de vez en cuando tomo el libro y releo algunos (su poesía amorosa me encanta)y lo mismo puedo hacer con los más clásicos desde Góngora a San Juan de la Cruz o ya a Miguel Hernández, todos tienen poesías que en determinados momentos y situaciones de la vida estimulan el espíritu y nos hacen sentir mejor, pero no es mi libro habitual de cabecera, aunque bien pensado, sería bonito dormirse siempre con una hermosa poesía en la cabeza.
Un saludo Javier.

Javier García dijo...

Hola Marcela,
Esa es la gran pregunta, por qué se lee más prosa que poesía? Estoy completamente de acuerdo con las razones que tú apuntas (en España es igual). Y sin embargo, todos hemos leído alguna poesía alguna vez, pero no tenemos el hábito de hacerlo con regularidad y mucho menos de comprar un libro de poemas.
Mil gracias por tu regalo (he leído a Borges pero no su poesía...) y por leer esta Palabra Infinita.
Un beso.

Javier García dijo...

Hola Ana Rosa,
Estoy convencido de que llega por sorpresa o de que al menos cada cosa tiene su momento. Eso sí, leerla es una cosa y escribirla otro asunto mucho más serio. Como he leído hoy mismo, un poeta premiado dice que "la poesía no es un género literario sino un estado de gracia".
Gracias a ti por leer este cuaderno.
Un abrazo.

Javier García dijo...

Hola Margari,
Totalmente de acuerdo, no creo que para disfrutar de la poesía haya que saberse toda la técnica y los recursos de su escritura.
Sé al menos que la poesía de Benedetti es muy popular. Buscaré. Mil gracias por tu sugerencia.
Otro besote.

Javier García dijo...

Hola Teresa,
Es cierto que la poesía requiere más concentración pero también que se puede beber a sorbos. Claro que miraré en tu apartado de poesía. Es una forma de empezar. Muchas gracias. Un saludo.

Javier García dijo...

Hola Nuria,
Supongo que sí, que la poesía requiere su momento y una disposición especial para dejarte seducir por las palabras, aunque como dice Muñoz Molina estoy convencido de que también se puede leer en el metro. Si has leído poca estás como yo: tenemos una asignatura pendiente y, al mismo tiempo, una inmensa área de mejora...
Muchas gracias por la preciosa poesía de Salinas.
Un abrazo.

Javier García dijo...

Hola Fernando,
Muy acertado. Estoy convencido de que nos perdemos muchas cosas sublimes que ofrece la poesía (la que nos guste y nos conmueva), esa es la sensación que tengo y por eso las ganas de ponerle remedio, de intentarlo.
Un abrazo.

Javier García dijo...

Hola Carmen,
Efectivamente 'picotear' es una forma de acercarse a la poesía o a otras muchas cosas, pero yo creo que eso es lo que hacemos todos cuando no nos queremos involucrar demasiado en algo. Sin embargo, fíjate, por eso mismo tengo ganas de ir a una librería, elegir un libro de poemas (aunque sea de un autor desconocido) y dedicarle las horas o los días que haga falta -lápiz en mano- para destilar todo su jugo (si lo tiene). Igual me lío la manta a la cabeza y me leo a Góngora o San Juan de la Cruz y me emborracho de poesía...
Y ya lo dice también Muñoz Molina, un librito de poesía siempre cabe en la mesa de noche.
Mil gracias por tu comentario.
Un saludo Carmen

Anónimo dijo...

Hola Javier, otra vez yo, desde Argentina ... Como soy nueva en este mundo bloggero español - y todo gracias a Teresa -, recién estoy conociendo los distintos blogs. Y viste cómo funciona este asunto: un blog te lleva a otro blog y así, sucesivamente ... Los otros días, después de haber comentado esta entrada acerca de la poesía fui a parar - no sé bien a través de qué caminos - al blog "Pavesas y cenizas" de un compatriota tuyo: Amandos Carabias. En él leí un poema de su autoría que me fascinó y,como también me había fascinado esta entrada, pensé que tenía el deber de acercártelo ... aunque tal vez ya lo conocés:

Les nombramos guardianes del futuro

Nos exigen un gesto afirmativo
como bueyes al ser uncidos bajo el yugo,
la determinación
de frentes sudorosas sobre el surco
agotado de gestos y mentiras…
Les dejamos cuidar de nuestra hacienda,
les nombramos guardianes del futuro,
les prestamos las llaves de la casa,
les dimos el timón de nuestro barco,
firmamos un contrato rubricado
con sangre, cárcel, muerte y esperanza,
y seguimos viviendo nuestras vidas,
sembrando de ilusión nuestro futuro
creyendo que sus manos cuidaban las semillas:
abonaban la tierra,
regaban las espigas,
evitaban las plagas,
cosechaban los frutos,
y repartían luego las ganancias,
dando más a quien más le hacía falta…
Pero reconozcamos nuestra culpa:
obviamos vigilar algunas cosas,
como la cerradura de la puerta,
o el apunte contable de sus gastos,
o el modo en que apartaban a los díscolos,
a quienes señalaban los peligros,
a quienes se acercaban a la entrada
sin pagar aranceles en forma de obediencia
en forma de un amén rotundo y firme,
y cómo nos drogaron nuestra mente
narcotizando el vuelo de nuestros pensamientos
con viejas estrategias
revestidas de nuevos oropeles…
Pero hemos despertado con un ruido de alarma
resquebrajando sueños y deseos,
abrasando caminos de futuro,
construyendo miserias, escribiendo epitafios…
Pues de pronto la hacienda ya no es nuestra,
ni tenemos acceso a sus estancias,
ni podemos contar nuestra cosecha
ya que para contarla es necesario
ser sirviente en el templo de Mamón,
donde se aprende nueva economía,
allí les enseñaron que el haber
es como una metáfora compleja,
como una extraña fórmula contable,
la nueva religión incuestionable…
Es fácil de explicar,
aunque ellos no pretenden que se sepa.
Nuestro haber es binomio doloroso:
lo que debemos más nuestro futuro
(siendo ‘lo que debemos’, lo que nos han robado
en nombre del progreso).
Y después de la plaga de langosta,
supimos que teníamos de todo,
pues haber es deber más el futuro;
menos los sacerdotes de Mamón,
quienes saben la fórmula precisa:
con lo nuestro sembraron su terreno,
lo suyo está guardado en otra casa
y guisan el cocido con legumbres
que aún no están sembradas.
Mas de pronto el silencio se ha hecho grito,
y la mente se niega a ser uncida
con yugos fabricados durante nuestros sueños.
Quizá sea difícil el camino,
pero al final la casa será nuestra,
volverán a nosotros nuestras llaves,
pondremos cerradura nueva y limpia,
derruiremos el templo de Mamón,
y no serán sus fórmulas los dioses
a quienes rezaremos.
El futuro será nuestro camino,
pero será trazado por nosotros,
no por sus sacerdotes mentirosos,
o no será trazado,
por más que sus alarmas ensordezcan
el mensaje desnudo de los versos.

Como te dije, soy argentina: me sentí atravesada con estas palabras que me calaron hondo! Cuántas verdades expresadas con tanta belleza!
Beso
Marcela

Javier García dijo...

Hola Marcela (desde Argentina),
Todavía me sorprende que conversemos de Norte a Sur o de Sur a Norte entre Nueva York y Argentina e intercambiemos ideas y poesía. No es maravilloso? Supongo que compartir la misma lengua es lo mejor que nos ha sucedido.
Gracias por la poesía -que me encanta- y por volver por aquí, aunque estoy seguro de que hasta podrías abrir tu propio blog donde también te pudiéramos seguir los demás.
Un beso!

Marcela dijo...

Sí, es una maravilla! A pesar de tanta distancia e idiosincrasias tan diferentes compartimos no sólo la lengua, sino también el amor por la literatura.
No sé si tendría la constancia que tienen ustedes para escribir un blog, pero me encanta participar en el de Teresa, que con tanta generosidad me brinda un espacio. Seguime ahí que escribo con bastante frecuencia!
Besos desde el otoño gris - y lleno de cenizas - argentino,
Marcela

Susana Hernández dijo...

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

A. Machado

Puede haber algo más cencillo, más comprensible y más poético?

Yo siempre recomiendo leer a Machado para aprender a sentir la poesía. Conocer algo de la vida del poeta ayuda a interpretarlo: Sevilla, Soria, Leonor, esos campos de Castilla que siempre lleva en su corazón...

Leer en voz alta los poemas de amor de Miguel Hernández, al recitarlos podremos apreciar la música que hay en ellos, en ocasiones ¿importa lo que dice? Si, pero hay veces en las que el poeta lo que hace es música con las palabras y debe llegarnos a través de ella.

En cualquier caso, en el club de lectura que dirijo, parece que todos coincidimos en que leer poesía en voz alta, es la mejor forma de acercarnos a ella.

P.D.: Una entrada estupenda y necesaria!

Suerte amigo!

Javier García dijo...

Hola Susana,
Gracia por recordarme a Machado y por tus consejos aunque no sé si sería capaz de leer poesía en voz alta, no por vergüenza, sino porque pienso que se destila mejor hacia adentro de uno mismo.
Muchas gracias por tu comentario y por visitar La Palabra Infinita.
Un saludo!

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...