Pestañas

23 mayo, 2011

La madeja de «El cementerio de Praga»

Como suele pasar con el cine, donde la expectativa de ver una buenísima película -recomendada por los amigos y las críticas- es inversamente proporcional al resultado final, así me ha sucedido a mí con la lectura de El cementerio de Praga (Editorial Lumen), de Umberto Eco. Aunque en realidad era una lectura a ciegas en lo que se refiere a posibles comentarios o recomendaciones -no había escuchado ninguno-, pero no por lo que yo había leído hasta ahora de Eco, El nombre de la rosa (¡30 años, Dios mío, qué joven era yo entonces!) y Baudolino. Dos libros distintos, misterioso y emocionante el primero, mágico y cautivador el segundo.

El resultado ha sido una lectura áspera e impaciente. Yo me conozco y cuando quiero que avancen las páginas a mayor velocidad, eso es sin duda una mala señal; no estoy disfrutando como quisiera y la lectura se me hace cuesta arriba. Digo áspera también porque es difícil seguir la trama de la historia, tan es así que curiosamente lo reconoce el propio autor en las dos páginas de "Inútiles aclaraciones eruditas" al final del libro, cuando dice que "el Narrador se da cuenta de que, en la trama bastante caótica de los diarios aquí reproducidos [...], el lector podría no lograr remontarse al desarrollo lineal de los hechos..."

La novela de Eco, situada a finales del siglo XIX en París, retrata la historia de un complot -o de varios- donde se dan cita conspiradores, masones, judíos, curas, espías, terroristas, falsificadores, iluminados, farsantes, militares y quincalleros, en una sucesión de nombres y acontecimientos -de idas y venidas en el tiempo- que la convierten en una madeja difícil de desenredar.  

Tampoco nunca me gusta dejar toda la responsabilidad en manos del autor, porque una lectura demasiado fragmentada, poco atenta o somnolienta, tampoco ayuda a entender la historia ni el propósito del escritor. Supongo que Eco ha querido hacer una pirueta en su literatura y yo no he prestado la debida atención.

  • Algunas frases que subrayé mientras leía:

- "Llega un momento en que algo se rompe en tu interior, y ya no tienes ni energía ni voluntad. Dicen que hay que vivir, pero vivir es un problema que a la larga lleva al suicidio". 

- "El semita es mercantil, ávido, intrigante, sutil, astuto, mientras nosotros los arios somos entusiastas, heroicos, caballerescos, desinteresados, francos, confiados hasta la ingenuidad".

7 comentarios:

La hierba roja dijo...

Coincido con tu opinión. Se me hizo muy áspero, duro, demasiado complejo, deslavazado... en fin, que durante una parte del libro estuve pensando en dejarlo. Me gustaba Eco, pero ahora creo que ha perdido su toque. Al fin de cuentas no se puede incluir todo lo que uno quiera en una novela.

Saludos.

Javier García dijo...

No es que me alegre de que no te gustara pero sí de que no haya sido yo el único al que no le ha gustado. Quizá Eco no quiso esta vez conformarse con escribir un libro "tradicional". Espero que vuelva donde solía.
Un saludo.

carmen dijo...

No puedo opinar sobre este libro puesto que no lo he leído, pero no me llevo bien con este autor, quizás sea yo pero leí "El péndulo de Foucault" y no veía el momento de acabarlo, y ya, lo más terrible de todo, un libro que gusta a todo el mundo "El nombre de la rosa" ¿Como me podía gustar tanto Guillermo de Baskerville en el cine y no poder con él en el libro? es algo que nunca sabré, quizás tuvo la culpa que fui antes a ver la película, cuando siempre suelo hacerlo al revés, en definitiva que tengo a ECO condenado y viendo las críticas de este...

Javier García dijo...

Carmen, no hay problema, simplemente nos tiene que gustar lo que leemos. Ya digo, yo leí El nombre de la Rosa y Baudolino y me encantaron y este me ha decepcionado.
Y tienes razón en que no es buena idea ver la película antes que la novela...
En cualquier caso, condenamos a Eco. Hay mil autores más a los que leer.
Un saludo.

Juan Pablo dijo...

Estoy leyendo este libro ahora (voy como en la mitad) y me puse a buscar reseñas online. Me sorprendió que casi sólo hay comentarios positivos, aunque muy superficiales. El libro también me está pareciendo engorroso y aburrido. Me gustaron mucho El Péndulo de Foucault, El Nombre de la Rosa, y Baudolino, pero ni la Isla del Día de Antes ni La misteriosa llama de la Reina Loana los pude terminar. Estoy a punto de abandonar este también, por razones similares.

Gracias por la reseña.

Javier García dijo...

Hola Juan Pablo,
En otro comentario decían que la lectura de El cementerio había resulatdo áspera, deslavazada... Tú dices que el libro te resulta engorroso y aburrido. Bueno, no puedo estar más de acuerdo. Y me dió mucha rabia porque recuerdo leer Baudolino con verdadero gozo pero... así son las cosas. Yo lo terminé porque de pequeño me enseñaron que se termina de comer todo lo que hay en el plato, y eso mismo lo aplico a los libros no sé muy bien por qué.
Muchas gracias por tu comentario y un saludo.

Urrarum dijo...

Denso, demasiado denso.
Tras la misteriosa llama de la reina Loana, decidí dar otra oportunidad a este autor. Y he de admitir que no creo que tenga otra.
Un servidor se pierde entre tanta conspiración, si a eso le añadimos las continuas reseñas en francés, para alguien como yo, que de políglota tiene poco se hace muy difícil de seguir.
Quizás sea este un autor para mentes más cultivadas que la mía, no digo que no. Pero uno es lo que es.
Salu2

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