Pestañas

04 julio, 2011

«El valor de educar», un acto de coraje y valentía

Después de Umberto Eco, Edmundo Paz Soldán y Antonio Muñoz Molina le llegó el turno, en un cambio de tercio interesante, a Fernando Savater y «El valor de educar» (Ariel, 2010). Un cambio de tercio suave en cualquier caso pues tras la pura ficción de El cementerio de Praga y Norte, Ventanas de Manhattan ya transcurría por el terreno del ensayo aún cuando pudiéramos llamarlo literario. Con Savater ya se puede hablar de puro ensayo, pero que nadie se asuste porque no se trata de ningún texto abstracto e infumable sino una reflexión muy bien escrita y entretenida sobre el valor de educar, como explica el propio autor, "en el doble sentido de la palabra «valor»: quiero decir que la educación es valiosa y válida, pero también que es un acto de coraje, un paso al frente de la valentía humana".

Descubrí El valor de educar gracias a @VinceBobadilla, y la curiosidad que siempre he sentido por la Educación con mayúscula, en el sentido de aquello que nos hace avanzar, nos enriquece y nos hace -normalmente- ser mejores personas y profesionales, hizo el resto.

Desde luego lo explica mucho mejor que yo Savater, con una prosa fina y una ironía magnífica, en este libro escrito hace ya la friolera de 14 años pero que, para bien o para mal, no ha perdido un ápice de actualidad. Por ello, probablemente interese todavía no sólo a los profesionales que se ocupan de esta materia sino a todos los que quieran profundizar algo más sobre la educación y responder, por ejemplo, algunas de las preguntas que formula Savater: "¿Debe la educación preparar aptos competidores en el mercado laboral o formar hombres completos".

En el libro se abordan capítulos como El aprendizaje humano ("Ser humano consiste en la vocación de compartir lo que ya sabemos entre todos, enseñando a los recién llegados al grupo cuanto deben conocer para hacerse socialmente válidos"); Los contenidos de la enseñanza -donde se puede leer acerca de la contraposición entre educación e instrucción ("separar la educación de la instrucción no sólo resulta indeseable sino también imposible, porque no se puede educar sin instruir ni viceversa"); El eclipse de la familia -sobre la autoridad de los padres o el papel del Estado, la ética y la religión, la educación sexual y unas deliciosas páginas sobre los efectos de la televisión-; La disciplina de la libertad ("es preciso recordar que no es posible ningún proceso educativo sin algo de disciplina. [...] La propia etimología latina de la palabra (que proviene de discipulina, compuesto a su vez de discis, enseñar, y la voz que nombra a los niños, pueripuella) vincula directamente a la disciplina con la enseñanza"); ¿Hacia una humanidad sin humanidades? ("Supongo que nadie sostiene en serio que estudiar matemáticas o física son tareas menos humanistas, no digamos menos «humanas», que dedicarse al griego o a la filosofía"), o Educar es universalizar ("Es importante que en la escuela se enseñe a discutir pero es imprescindible dejar claro que la escuela no es ni un foro de debates ni un púlpito").

  •  Algunas otras frases (muchas) que subrayé mientras leía, con las que -eso sí- se puede estar o no de acuerdo:

- "Hacernos intelectualmente dignos de nuestras perplejidades es la única vía para empezar a superarlas".

- "Si lo que nos ofende o preocupa es remediable debemos ponernos manos a la obra y si no lo es resulta ocioso deplorarlo, porque este mundo carece de libro de reclamaciones".

- "La función de la enseñanza está tan esencialmente enraizada en la condición humana que resulta obligado admitir que cualquiera puede enseñar, lo cual por cierto suele sulfurar a los pedantes de la pedagogía que se consideran al oírlo destituidos en la especialidad docente que creen monopolizar".

Fernando Savater
- Afirmaba Goethe que da más fuerza saberse amado que saberse fuerte: la certeza del amor, cuando existe, nos hace invulnerables".

- "La autoridad no consiste en mandar: etimológicamente la palabra proviene de un verbo latino que significa algo así como «ayudar a crecer»".

- "El objetivo de la educación es aprender a respetar por alegre interés vital lo que comenzamos respetando por una u otra forma de temor".

- "El problema no estriba en que la televisión no eduque lo suficiente sino en que educa demasiado y con fuerza irresistile; lo malo no es que transmita falsas mitologías y otros embelecos sino que dismitifica y disipa sin miramientos las nieblas cautelares de la ignorancia que suelen envolver a los niños para que sigan siendo niños".

- "Sólo cuando se martiriza a un niño se le ve replegarse sobre sí mismo, igual que años después el inevitable martirio de la vida nos hace a todos un poco introspectivos".

- "No olvidemos que el mejor maestro sólo puede enseñar, pero es el niño quien realiza siempre el acto genial de aprender".

- "El propósito de la enseñanza escolar es preparar a los niños para la vida adulta, no confirmarles en los regocijos infantiles".

- "¡Cuántas veces la vocación del alumno se despierta más por la adhesión a un maestro preferido que a la materia misma que éste imparte!".

- "Yo creo que la principal causa de la ineficacia docente es la pedantería pedagógica. No se trata de un trastorno psicológico de unos cuantos, sino de la enfermedad laboral de la mayoría. Después de todo, la palabra «pedante» es voz italiana que quiere decir «maestro»".

- "Oscar Wilde: «La educación es algo admirable, pero de vez en cuando conviene recordar que las cosas que verdaderamente importa saber no pueden enseñarse»".

4 comentarios:

Margari dijo...

Pues creo haber visto este libro en la estantería de mi hermano, y después de leer tu reseña, estoy pensando que, en mi próxima visita, en el lugar donde estaba el libro, va a haber un hueco. Que para algo está la familia.
Besotes!!!

carmen dijo...

Muy interesante tu reseña sobre este libro Javier y las frases resaltadas a cual mejor, lo cierto es que en los tiempos que corren más de uno de los implicados en la enseñanza debería leer este libro, padres sobre todo, ya que últimamente los valores se han invertido bastante y algún que otro profesor también - Y por cierto esta frase me gusta en particular porque a mi me pasó-"¡Cuántas veces la vocación del alumno se despierta más por la adhesión a un maestro preferido que a la materia misma que éste imparte!". Saludos. Carmen.

Javier García dijo...

Hola Margari,
Si tienes oportunidad, y a tu hermano no le importa, es un libro para leer tranquilamente, poco a poco, incluso entre otras lecturas. Merece la pena, y Savater escribe de forma muy amena.
Otro besote!

Javier García dijo...

Hola Carmen,
Es verdad que no estaría de más que algunos padres y profesores lo leyeran con atención. Pone mucho sentido común y abre los ojos o confirma cosas sobre la educación que tú ya pensabas o sospechabas.
Sobre la frase que mencionas, te confieso que estuve a punto de quitarla porque me parecía que había demasiadas (y todavía subrayé más) pero finalmente la dejé porque estaba seguro de que había sido el caso de algunos... y mira por dónde, acerté.
Muchas gracias por tu comentario y un saludo.

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