Pestañas

31 diciembre, 2007

El ocaso de los superhéroes

Termina 2007 y cierro el año con la lectura de 'El ocaso de los superhéroes' (Editorial Leqtor), de la norteamericana Deborah Eisenberg (Chicago 1945). Es su primer libro publicado en España, una colección de seis relatos que destilan y describen situaciones de la sociedad americana contemporánea y que, por esa misma razón, se me han hecho algo ajenos. El esfuerzo de Eisenberg está centrado en sugerir y mostrar las emociones cotidianas más elementales a través de los personajes.

Sin duda el mejor relato es elque da título a todo el libro ('El ocaso de los superhéoes') y que de una forma muy sutil recrea los instantes del atentado de Nueva York del 11 de septiembre de 2001. A este relato pertenece este pequeño capítulo llamada 'Contexto': "Cuando se instalaron allí, probablemente era, en efecto, la mejor vista de todo el planeta. Y luego, una mañana de cielo azul y despejado, se convirtió, durante un rato, probablemente en la peor.

Hace ya un tiempo que pueden salir a la terraza sin que nadie corra adentro para vomitar o se eche a llorar o se meta debajo de cualquier cosa al oir un ruido fuerte o simplemente haga chistes macabros o se pregunte qué es esa porquería que cae en sus vasos y copas. Últimamente ya casi nunca ven -como sí les pasó durante un tiempo- el cielo en llamas, la explosión volcánica de apestoso humo, los muñequitos arrojándose de la torre despanzurrada mientras Lyle se desmaya.

Pero ahora no está claro qué es, en realidad, lo que están mirando".
......
"Pero aquí está, él y también sus amigos, cayendo al mismísimo vertedero de la tercera edad. O cuando menos, luchando desesperadamente por mantenerse al borde del mismo".
......
"... No puedes dejar que el miedo siga dominando tu vida.

- ¿El miedo? -Nathaniel se estremeció-. ¿Y qué clase de miedo, exactamente, dirías tú que domina mi vida?

- Hombre, pues el miedo al fracaso, naturalmente. El miedo a la mediocridad."

26 diciembre, 2007

Tokio blues

Comencé 2007 leyendo ‘Tokio blues, Norwegian Wood’ (Tusquets editores), una novela escrita por el japonés Haruki Murakami en 1987. Por entonces había aparecido en las librerías ‘Kafka en la orilla’ -un libro de 2002, pero no quería conocer su escritura sin pasar por el que había sido su auténtico éxito (Tokio blues) y por el que había sido reconocido como un autor de culto.

Y no me defraudó. Fue una sorpresa maravillosa. Es una novela de iniciación, de la adolescencia de unos personajes (Watanabe, Naoko, Kizuki, Midori) que buscan su sitio en el mundo a finales de los años sesenta en Tokio.

“La muerte no se opone a la vida, la muerte está incluida en nuestra vida”

En un momento, al final casi de la novela, Watanabe, el protagonista, ofrece una de las claves del libro: “Maduraré. Me convertiré en un adulto. Debo hacerlo. Hasta ahora había deseado permanecer eternamente en los diecisiete o dieciocho años. Pero ya no lo pretendo. Ya no soy un adolescente. Tengo sentido de la responsabilidad”. Y desde luego habla del amor, del sexo, de la amistad (“tampoco entendía por qué me había escogido como amigo. Yo era una persona corriente a quien le gustaba estar a solas leyendo o escuchando música, no tenía nada que pudiera llamarle la atención a alguien como Kizuki”) y de la muerte (“aquella misma noche …… se había suicidado y, a partir de entonces, una corriente de aire helado se había interpuesto entre el mundo y yo. Me pregunté qué había representado ……. para mí. No hallé respuesta. Lo único que sabía era que, con su muerte, había perdido para siempre una parte de mi adolescencia. Podía percibirlo con toda claridad. Pero discernir qué significado podía tener o qué consecuencias podía conllevar era algo que no alcanzaba a ver”). También sobre la muerte reflexiona después Watanabe: “La muerte no se opone a la vida, la muerte está incluida en nuestra vida”.

Además, y fue una más de las razones que me llevaron a su lectura posterior, el protagonista comenta que “Yo iba correctamente vestido, me había afeitado aquella misma tarde y, además, estaba absorto en la lectura de La montaña mágica, de Thomas Mann”. Sumergirse en ‘Tokio blues’ es dejarse llevar por una lectura absorbente y sorprendente que yo recomiendo vivamente. Puede que ahora sea ya el tiempo de leer ‘Kafka en la orilla’, ‘Crónica del pájaro que da cuerda al mundo ‘ o ‘After dark’.

Me gustó ‘Tokio blues’ también porque pude imaginar algunas de las calles o percibir a alguno de los paisajes y aromas que yo mismo descubrí en aquella ciudad hace algunos años (la foto de Tokio la hice yo en aquellos días del mes de junio de 2003).

25 diciembre, 2007

Palabra Infinita

Solemnidad de la Natividad del Señor / The Nativity of the Lord

Lectura del santo evangelio según san Juan 1. 1-18


En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo"». Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Gospel from John 1. 1-18

In the beginning was the Word, and the Word was with God, and the Word was God. He was in the beginning with God. All things came to be through him, and without him nothing came to be. What came to be through him was life, and this life was the light of the human race; the light shines in the darkness, and the darkness has not overcome it. A man named John was sent from God. He came for testimony, to testify to the light, so that all might believe through him. He was not the light, but came to testify to the light. The true light, which enlightens everyone, was coming into the world. He was in the world, and the world came to be through him, but the world did not know him. He came to what was his own, but his own people did not accept him. But to those who did accept him he gave power to become children of God, to those who believe in his name, who were born not by natural generation nor by human choice nor by a man’s decision but of God. And the Word became fleshand made his dwelling among us, and we saw his glory, the glory as of the Father’s only Son, full of grace and truth. John testified to him and cried out, saying, “This was he of whom I said, ‘The one who is coming after me ranks ahead of me because he existed before me.’” From his fullness we have all received, grace in place of grace, because while the law was given through Moses, grace and truth came through Jesus Christ. No one has ever seen God. The only Son, God, who is at the Father’s side, has revealed him.

23 diciembre, 2007

El cielo en llamas

Termino de leer ‘El cielo en llamas’ (Editorial Gadir, Madrid 2007) de Mário de Sá-Carneiro (Lisboa 1890 - París 1916), uno de los grandes clásicos de la literatura portuguesa. ‘El cielo en llamas’ es una colección de relatos cortos y novelas breves “en la que confluyen todas las obsesiones y temas recurrentes de Sá-Carneiro”.

“Su alma era entonces vidrio partido y chatarra leprosa”

Ciertamente no es un libro de fácil lectura, o quizá un libro que hay que leer en las mejores condiciones de tranquilidad y sosiego. Puede que por eso, no siempre bajo esas condiciones, me haya resultado duro de leer en ocasiones. Y recordado, bastante, a la escritura del argentino Manuel Mujica Lainez (Buenos Aires 1910) en las atmósferas que recrea, mezcla de realidad y fantasía, y en la utilización de personajes misteriosos y profundos. El lenguaje es rico y de una plasticidad especial: “Su alma era entonces vidrio partido y chatarra leprosa” o “Se sentían demasiado grandes para detenerseen la vida”. Y también “Miro tras de mí las horas silenciosas y evoco todos los personajes de mi vida, los pocos cuerpos que casualmente poseí, porque los desconocía…., e incluso aquellas personas, ignoradas, que sólo durante un instante se cruzaron en mi existencia… ¿Y no será el recuerdo de estas últimas el más hermoso, y también el más secreto?”.
Probablemente un libro para volver sobre él en horas más calmadas y con la conciencia mejor preparada.

La portada del libro está ilustrada con ‘Los árboles azules’, pintado por Paul Gauguin en 1888.

12 diciembre, 2007

Ser viejo cada vez más joven


Este verano el Instituto Nacional de Estadística (INE) daba a conocer el último estudio sobre Estimaciones de la Población Actual, con datos obtenidos a partir del censo de población de 2001. Aunque se observa un ligero retroceso respecto a 2006 los varones y mujeres nacidos en 2007 vivirán una media de 77,3 y 83,76 años respectivamente. De esta forma, España sigue siendo uno de los países con mayor esperanza de vida del mundo, y una de las conclusiones más interesantes que se extraen del análisis es que las mujeres siguen viviendo más que los hombres.

Al respecto también de la esperanza de vida encontré una reseña en un diario sobre un libro de Monique Le Poncín, ‘Nueva gimnasia cerebral’ (Edit. Temas de hoy. Colección Fin de Siglo. 1997) prologado por el profesor Christian Derousne. En la reseña se citaba lo siguiente:

La literatura y los mitos nos enseñan que, en todas las épocas, el hombre ha intentado prolongar su vida. Con la llegada de las sociedades industriales desarrolladas, la esperanza de vida se ha acrecentado considerablemente y una fracción importante de la población alcanza cada vez una edad más elevada. Sin embargo, y por una extraña paradoja, si bien es cierto que se vive más tiempo también lo es que la gente es considerada vieja cada vez más joven, al menos socialmente. La segunda paradoja consiste en que, si bien es cierto que se vive más tiempo, la gente mayor se considera cada vez más joven. Y por ello se puede decir que “se es viejo cada vez más joven”. ¿A qué edad? Si bien no existe respuesta a esta pregunta en el plano individual, una de las muletillas del prologuista de este libro (Christian Derousne) es que para hacerse viejo hay que comenzar muy joven.

04 diciembre, 2007

De los intentos de permanecer quieto

Más abajo expliqué ya mi decisión de hace varios meses de abandonar únicamente la lectura de escritores en lengua española. Lo hacía por la creencia un poco exagerada de que sólo en español sería capaz de encontrar la verdadera expresión de los autores y de reconocer su voz y su literatura. Ahora sé que era un planteamiento un poco excesivo y limitador. Desde entonces he encontrado ejemplos que lo han desmentido y que, en algunos casos, ya he referenciado: Thomas Mann, Dubravka Ugresic o Melania G. Mazzucco, y otros sobre los que ya he leído y me detendré sin duda más adelante (Haruki Murakami, Stefan Zweig, Irene Nemirovsky y Paul Auster).
Pues bien, otro de estos autores es la británica Jenny Diski (Londres, 1947), de quien acabo de leer ‘De los intentos de permanecer quieto’ (Editorial Circe. Barcelona 2007), un perfecto ejemplo de literatura no española y, además, distinta también de la novela convencional.
“Es un libro sobre viajar y permanecer quieto,
pero fundamentalmente es sobre el deseo de permanecer quieto”.
Es una deliciosa ‘novela’ que mezcla en distintas proporciones la autobiografía, reflexiones personales y bastante de literatura de viajes. Y por todo ello un libro diferente, original y muy interesante. Biográfico porque descubre de forma descarnada el fracaso de sus padres y de su infancia:
A los catorce años llegué a la conclusión (recuerdo vívidamente el momento, volviendo en tren al colegio para empezar un nuevo trimestre) de que ser malo era con mucho lo más deseable. Anhelaba vehementemente la maldad, la discusión, la trasgresión. Me propuse ser mala. La bondad no tenía ningún atractivo. Mirad a los malos y a los buenos. ¿Qué queréis ser? No hay ni color. La maldad es especial e intrépida. La maldad era una dolencia que, a diferencia de una cardiopatía congénita, podía alcanzar por mí misma. A mediados de ese trimestre en que me dediqué a fumar, ir fiestas de toda la noche, beber sidra en el bosque, buscarme un novio poco adecuado en el pueblo, y robar éter del laboratorio de química e inhalarlo, me expulsaron. Era lo bastante mayor para no tener que volver al colegio. Sobre el relato de su iniciación al sexo antes de cumplir los quince años llega a decir que Nunca se lo conté a nadie hasta años después. Luego, durante décadas, me referí a ello como la vez “que me violé”.
De cierto modo de ensayo porque reflexiona entre otras cosas sobre el propio cuerpo (Me cuesta mucho creer que hay algo debajo de mi piel. Creo que mi cuerpo es el envoltorio exterior: lo que veo y cubro con mi ropa. No logro convencerme de que hay algo dentro del envoltorio) y manifiesta no creer en Dios (Dios es, en el mejor de los casos, un extra opcional en la explicación de la creación y la continua existencia de la vida, pero está claro que no lo es. Es bastante fácil no creer en Dios; cuesta mucho más dejar de creer en la biología).
Pero uno de los ejes sobre los que gira el libro, y que da título a la novela, es el deseo de –aún viajando- permanecer quieto. Diski, que se define como escritora de libros de viajes, afirma que “este no es un libro de viajes aunque se mencionen en él varios. Es un libro sobre viajar y permanecer quieto, pero fundamentalmente es sobre el deseo de permanecer quieto”. La autora nos dirige a tres escenarios muy distintos: Nueva Zelanda, la campiña inglesa en Somerset y los helados paisajes del Círculo Polar Ártico.
Sobre los viajes, Jenny Diski escribe en las primeras líneas del libro: Puede que sea la última persona con vida que sigue llenándose de estupor cada vez que llega a otro país. En casi todos los sentidos me he adaptado a la modernidad (escribo en un ordenador, envío y recibo e-mails, hasta llevo un móvil cuando salgo, si me acuerdo de cogerlo), pero nunca me he quitado de encima el asombro cada vez que pongo un pie en tierra extranjera.
Sobre los deseos de permanecer quieta escribe en otro lado: Cada célula de mi cuerpo desea permanecer quieta, y lo desea aún más ardientemente ante la sugerencia de cambiar de estado. Imaginad el fervor de millones -¿o son billones?- de esas células que vienen a ser mi persona, cada una negándose con todas sus fuerzas. Uno pensaría que podría mover montañas con semejante deseo. Yo he logrado no subir a ninguna.
También la soledad es para Diski una virtud en el viaje: Si hay un momento perfecto en un viaje para mí es este estar sentada contemplando el cielo en un lugar público, sin conocer a nadie, esperando irme a un lugar que se mueve a través del paisaje llevándome a otro espacio donde podré estar sola y sentarme de nuevo a mirar. Es la esencia de viajar solo, ese momento de expectación poco antes de partir hacia cómo quieres estar. (….) El aire fresco, el paso de las estaciones en la naturaleza o el subidón de adrenalina del centro de la ciudad, por más que no dudo de sus encantos y emociones, cuando recaen sobre mí me hacen encoger deseando que la habitación sea más pequeña, las ventanas tengan las persianas bajadas, el sillón se hunda más, la puerta esté cerrada con llave.
La última parte del libro cuenta un viaje al Círculo Polar Ártico, donde en tres páginas memorables describe la escena de una noche durmiendo en una tienda (lavvu) a menos de treinta grados bajo cero de temperatura y tener que levantarse dos veces para hacer pis: En momentos como ése te das cuenta de que es mucho mejor ser hombre // Entonces entendías perfectamente el verdadero inconveniente de ser mujer (…) Y ahí estaba yo, con el culo al aire el torso al aire, las piernas al aire, la mano al aire y la cara al aire en mitad de un universo helado e infinito. Sólo porque era una mujer con ganas de hacer pipí (…) Mear en el suelo en mitad de la noche en medio de un rebaño de renos en el círculo polar ártico. ¿Quién lo habría dicho?.
Un libro distinto. Un libro para recordar.

02 diciembre, 2007

Adviento / Advent

El Evangelio de hoy sobre el Adviento es una llamada a “vivir despiertos”
Today’s Advent Gospel is a “wake up” call.

Evangelio según san Mateo 24, 37-44
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»

Gospel from Matthew 24:37-44
«Jesus said to his disciples:
As it was in the days of Noah,
so it will be at the coming of the Son of Man.
In those days before the flood,
they were eating and drinking,
marrying and giving in marriage,
up to the day that Noah entered the ark.
They did not know until the flood came and carried them all away.
So will it be also at the coming of the Son of Man.
Two men will be out in the field;
one will be taken, and one will be left.
Two women will be grinding at the mill;
one will be taken, and one will be left.
Therefore, stay awake!
For you do not know on which day your Lord will come.
Be sure of this: if the master of the house
had known the hour of night when the thief was coming,
he would have stayed awake
and not let his house be broken into.
So too, you also must be prepared,
for at an hour you do not expect, the Son of Man will come.»

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