Pestañas

08 agosto, 2011

De la muerte y «Los enamoramientos»

Después de El jinete del silencio y antes de abordar el ‘libro del verano’ en el que ahora estoy enfrascado, cayó en mis manos, en formato electrónico,  «Los enamoramientos» (Alfaguara, 2011), la última novela de Javier Marías (Madrid, 1951). Ha sido de alguna forma un libro frontera, no solamente por ser la última lectura antes de las vacaciones sino porque, además, lo empecé a leer en Nueva York y lo terminé ya en España.  

Sin tener ninguna idea previa sobre su contenido y únicamente guiado por el título (ya he dicho alguna vez que nunca leo antes el resumen de las cubiertas) podría parecer que Los enamoramientos es una novela de amor. Y para mi sorpresa lo que encontré fue una novela que habla sobre la muerte, no solo sobre el hecho físico del paso de la vida a la muerte sino más bien sobre la desaparición de un ser querido; sobre la muerte y también sobre el amor, y sobre una perspectiva desde la  que yo al menos nunca me había parado a pensar: “ la inconveniencia de que los muertos pudieran volver, por mucho que se los haya llorado y que en apariencia nada se deseara tanto como su regreso, o al menos que siguieran vivos”.

Para hablar de enamoramientos (“hay quienes piensan que el enamoramiento es una invención moderna salida de las telenovelas”), y de muerte, Marías se sirve de una mezcla de géneros como el thriller, la novela policiaca y la novela de amor, donde el inicio –el planteamiento de la novela- me dejó con la boca abierta y con una ganas tremendas de seguir leyendo, el punto de apoyo del que se sirve el escritor para elaborar sus ideas sobre la muerte y los muertos, eso sí, con las que se puede estar o no de acuerdo.

Por eso la historia es importante pero lo es más, en el caso de Javier Marías, un estilo totalmente personal, alejado de la frase corta y concisa. Muy al contrario, donde las frases son largas, elaboradas, construidas con un lenguaje preciso donde las palabras giran y giran hasta dar con  todos los matices necesarios, hasta poner negro sobre blanco un pensamiento o una idea que aunque pudiéramos saber o imaginar que existe nunca hubiéramos pensado que pudiera expresarse.

De Javier Marías había leído hace muchos años Corazón tan blanco -también por cierto con un arranque sobrecogedor en apenas un par de páginas-, que le hizo popular, aunque tengo la impresión de que es un autor en cierta forma de culto, más literario que popular –aunque ambas cosas puedan ir unidas-, muy reconocido y premiado en el panorama internacional. Yo solo puedo decir que me ha gustado mucho leerle y que me ha hecho darme cuenta de que quizá no debería perderme novelas suyas anteriores como son Mañana en la batalla piensa en mí o los tres volúmenes de Tu rostro mañana.
         
  • Algunas frases que subraye mientras leía:
- Estaba delgadísima y desmejorada, con una de esas palideces profundas, vitales, que acaban por desdibujar todos los rasgos, como si no solo la piel hubiera perdido el color y el lustre, sino también el pelo, las cejas, las pestañas, los ojos, la dentadura y los labios, todo mate y difuminado. Parecía estar allí de prestado, quiero decir aquí en la vida.

- Es otro de los inconvenientes de padecer una desgracia: al que sufre los efectos le duran mucho más de lo que dura la paciencia de quienes se muestran dispuestos a escucharlo y acompañarlo, la incondicionalidad nunca es muy larga si se tiñe de monotonía.

- Es la horrible fuerza del presente, que aplasta más el pasado cuanto más lo distancia, y además lo falsea sin que el pasado pueda abrir la boca, protestar ni contradecirlo ni refutarle nada.

- Lo malo de las desgracias muy grandes, de las que nos parten en dos y parece que no van a poder soportarse, es que quien las padece cree, o casi exige, que con ellas se acabe el mundo, y sin embargo el mundo no hace caso y prosigue, y además tira de quien padeció la desgracia, quiero decir que no le permite salirse como quien abandona un teatro, a no ser que el desgraciado se mate.

El paso del tiempo exaspera y condensa cualquier tormenta, aunque al principio no hubiera ni una nube minúscula en el horizonte.

- Tampoco quiero ser como los malditos libros entre los que me paso la vida, cuyo tiempo se está quieto y acecha cerrado siempre, pidiendo que se lo destape para transcurrir de nuevo y relatar una vez más su vieja historia repetida.       

P.D.- De lo que me he dado cuenta también es que debería tener más vacaciones para leer todo lo que me gustaría leer, de Javier Marías o de cualquier otro autor. Algún día llegará ese momento. Espero.  

9 comentarios:

Margari dijo...

Javier Marías es un autor del que he leído poco pero lo poco que he leído me ha gustado. Y este libro lo tengo pendiente, pero tengo que encontrarle el estado de ánimo adecuado, porque no sé por qué, sus lecturas me suelen poner triste. Me ha pasado con los dos libros que he leído de él. Así que a buscar uno de esos momentos buenos.
Besotes!!!

Carlos Gamissans dijo...

Hola, he llegado a tu blog a través del Twitter (yo también tengo otro que gira en torno a la literatura). Hace poco leí este libro y me gustó bastante, aunque no es recomendable para quienes se sientan enamorados. Digamos que el autor no idealiza precisamente el fenómero del enamoramiento. En todo caso, una lectura interesante, como también lo es el blog, al que ya sigo.

Saludos

Mocca dijo...

Te envidio por tener el valor de leer -y no sé si también comprar- un libro sin leer los resúmenes. A mí me encantaría hacerlo, pero no lo veo factible.

Un saludo.

Mocca

Deigar dijo...

Aún no he tenido la oportunidad de leer a Marías, aunque si mal no recuerdo, es la segunda reseña que leo del libro en cuestión y debo admitir que pinta muy bien.

Por otro lado, la reseña me ha gustado como también lo ha hecho el blog. Te sigo.

¡Saludos!

Javier García dijo...

Hola Margari,
Es verdad que el tono de las novelas de Marías es algo triste pero ese es también su encanto para mí. Si ya le has leído y te ha gustado, creo que también te gustará Los enamoramientos.
Un saludo.

Javier García dijo...

Hola Carlos,
Ya digo que más que de los enamoramientos, para mí la novela es un tratado sobre el fenómeno de la muerte y la ausencia de los que un día estuvieron vivos. Es un tema un poco triste si quieres pero reconozco que me gustó. Te agradezco mucho que visites el blog, y prometo hacer lo mismo con el tuyo.
Un abrazo.

Javier García dijo...

Hola Mocca,
No tiene ningún mérito, me pasa igual con los trailers de las películas, te lo cuentan todo antes de verlas. Prefiero sorprenderme sin tener ningún criterio previo, y sí, también compro sin saber mucho sobre el libro aunque he podido leer anteriormente al autor, leído alguna reseña por encima o escuchado alguna recomendación.
Haz la prueba algún día e igual te sorprendes.
Un saludo.

Javier García dijo...

Hola Deigar,
Creo que Javier Marías es de esos autores "literarios" a los que se puede leer y que te puede gustar. Si tienes tiempo y ganas, merece la pena.
Muchas gracias por seguir el blog, me encanta que te haya gustado.
Un abrazo.

carnet manipulador de alimentos dijo...

Estoy oyendo y leyendo muy buenos comentarios de la última obra de Marías y la verdad, no sé si atreverme de nuevo. Le abandoné en 'Corazón tan frío', y tanto, frío, y pausado... Pero siempre es bueno cambiar de opinión o, al menos, intentarlo. Saludos!!!!

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