Santiago Gamboa, con gafas redondas de pasta y el pelo ensortijado, era uno de los cuatro escritores reunidos entorno a una mesa para hablar sobre "Identity's dreams: sueños literarios de la nueva América Latina", en una de las sesiones literarias organizadas por Americas Society, en Nueva York. En la sede de esta institución -un palacete en Park Avenue que en otros tiempos fue embajada de la U.R.S.S.- Gamboa, nacido en Bogotá en 1965, estaba acompañado por otros tres escritores: Francisco Font acevedo (Chicago, 1970), Karla Suárez (La Habana, 1969) y Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977).
En aquel encuentro, donde se habló en español sobre las ciudades de la literatura, donde la identidad es un problema de distancia, del concepto de desubicación (Neuman), de la imaginación como viaje interior o viaje inmóvil (Font) y de literatura sin pasaporte, es donde sentí el deseo de leer a Santiago Gamboa, periodista y escritor colombiano que estudió Filología Hispánica en la Universidad Complutense de Madrid y que era, de los cuatro autores, quien me pareció que hablaba de forma más serena e interesante y quien, citando a Rodrigo Fresán, dijo que «la patria de un escritor es su biblioteca».
Así llegué a «Necrópolis» (Editorial Norma) y descubrí a Santiago Gamboa en esta novela que fue premio La otra orilla en 2009, pero que ya había publicado anteriormente otras obras, entre ellas la bien considerada por la crítica El síndrome de Ulises (Seix Barral). Después de haber leído a Edmundo Paz Soldán y más recientemente a Roberto Bolaño, diría que Gamboa es una continuación de ambos -que nadie se enfade si digo esto y suena excesivo-, al menos un reflejo pálido, quizá más por lo temas y los personajes que por la forma de escribir. Con la excusa de un congreso literario, Gamboa nos presenta las extrañas historias de varios de su personajes, unas más sólidas que otras, como las de los dos ajedrecistas amigos o la excéntrica actriz porno italiana. “Me gusta hacer los libros así, que sean de una lectura agradable, que se abra a historias diversas pero que estén hilvanadas por los temas importantes que debe tratar la literatura: la amistad, la muerte, la traición”, dice Gamboa en una entrevista en QuéLeer.
«Necrópolis» es una de esas novelas que uno lee disfrutando de lo que lee, y creo que no hay mejor recompensa precisamente para un lector. Eso sí, hay que advertirlo, a veces los pasajes sexuales, ni siquiera eróticos, subidos de tono -escritos con una asepsia deslumbrante-, podrían herir la sensibilidad del lector.
- Algunas frases que subrayé mientras leía:
- La vejez ama la juventud como el deterioro y la fealdad aman la belleza.
- ... ahí tienes tu respuesta: escribo para poder ser otro.
- Entonces se dedicó a las cosas sencillas, que era un modo de decir: a la vida feliz.
- Fijate en la arena, está hecha de diminutas piedras y cristales. Cuando una de esas partículas se hunde es cubierta por otra, por otras diez, cien o mil, e igual nos ocurrirá a nosotros, ¿no crees?
- Las vidas son como las ciudades: si son limpias y ordenadas no tienen historia. Es en la desgracia y en la destrucción donde surgen las mejores.
Santiago Gamboa |
- Yo me fui porque quería respirar otro aire y conocer el mundo, pero a medida que avanzaba el mundo se fue haciendo cada vez más grande y aún no he podido acabar de conocerlo, por eso sigo dando vueltas, me he ido quedando afuera sin otro motivo que ese...
- En la periferia de nuestros bellos países hay un aterrador mundo exterior repleto de vida, un sol negro que se extiende por varios continentes y que, tras el primer impacto, revela su belleza. Lo que se ve en la superficie es horrible y cruel, pero lentamente emerge la belleza; en nuestro mundo, en cambio, la superficie es hermosa y todo esplende, pero con el tiempo lo que se manifiesta es el horror.
- [Vídeo] Santiago Gamboa habla sobre «Necrópolis», aquí.
P.D.- Y ahora me sumergiré en las tranquilas aguas de la poesía de Antonio Colinas.
2 comentarios:
¡Otro autor que descubro gracias a ti! Me ha encantado tu reseña, y esos fragmentos que has puesto despiertan mucho las ganas de lanzarse en búsqueda de la novela. A ver si logro pillarla pronto.
Besotes!!!
Gracias Margari,
Hay miles de autores por leer pero yo diría que al menos Santiago Gamboa no es uno del montón, y que merece la pena leerle. Si lo haces algún día ya me contarás.
Un saludo.
Publicar un comentario