Ahora que me siento a escribir no sé por dónde empezar. Si es por el principio, como dicta el sentido común, diré que compré esta novela en una preciosa librería de la calle 57 -Rizzoli- donde además de libros de arte, diseño y fotografía hay una pequeña sección de libros en español. Allí me encontré con esta edición de «Los detectives salvajes» (Vintage Español, Random House, Nueva York. 2010), del chileno Roberto Bolaño, publicada en 1998. Pero si tuviera que empezar por el final me preguntaría que por qué he tardado tanto tiempo en leer a Bolaño. Sólo (lo siento pero no puedo evitar continuar poniendo el acento) me queda pensar que era como una de esas asignaturas difíciles cuyo estudio uno va dejando para el final -esperando el momento propicio de ponerse a estudiar- mientras se entretiene en cosas más asequibles.
Otra razón también es que le tenía -y no sé porqué- un respeto reverencial a Bolaño. Igual que a Cortázar. Pero en esos casos lo mejor es ir de frente y conocer al autor a través de su escritura. Si el primer acercamiento a Cortázar (Bestiario) no fue del todo satisfactorio, el encuentro con Bolaño y sus Detectives salvajes ha sido "uno de los acontecimientos literarios del año", me refiero claro a este año mío de lecturas, el libro que me ha acompañado (incluidas las siete horas de un vuelo transoceánico) a lo largo de este mes de octubre.
Otra razón también es que le tenía -y no sé porqué- un respeto reverencial a Bolaño. Igual que a Cortázar. Pero en esos casos lo mejor es ir de frente y conocer al autor a través de su escritura. Si el primer acercamiento a Cortázar (Bestiario) no fue del todo satisfactorio, el encuentro con Bolaño y sus Detectives salvajes ha sido "uno de los acontecimientos literarios del año", me refiero claro a este año mío de lecturas, el libro que me ha acompañado (incluidas las siete horas de un vuelo transoceánico) a lo largo de este mes de octubre.
En realidad no tenía ninguna idea previa sobre lo que me iba a encontrar -ni en estilo ni en argumento-, así que lo que hallé -por sorpresa- fue una mina, un yacimiento de 600 páginas de letra apretada por donde discurre un inmenso río de personajes e historias que se suceden a gran velocidad y en muchos escenarios distintos. Una novela de muchas voces escrita a modo de crónica o diario:
Roberto Bolaño 1953-2003 |
Y, al fondo, el inmenso mundo literario que tiñe toda la novela, con personajes reales e incluso el propio Bolaño en el papel de Arturo Belano. Hablando de literatura, Bolaño pone en boca de uno de los personajes: "Hay una literatura para cuando estás aburrido. Abunda. Hay una literatura para cuando estás calmado. Esta es la mejor literatura, creo yo. También hay una literatura para cuando estás triste. Y hay una literatura para cuando estás alegre. Hay una literatura para cuando estás ávido de conocimiento. Y hay una literatura para cuando estás desesperado".
Los detectives salvajes es una novela que está llena de vida, que atrapa, que conmueve. Que no hay que dejar de leer. En Rizzoli tuve también en la mano su novela póstuma "2666", un grueso volumen que espero leer, sin duda, más pronto que tarde, porque como dice otro de sus personajes "todos los libros del mundo están esperando a que los lea".
- [Vídeo] Roberto Bolaño: el último maldito (vida y leyenda del escritor chileno), aquí.
P.D.- La Palabra Infinita ha cambiado ligeramente su diseño para hacerlo más claro y atractivo. Espero que te guste.