La poesía llega por sorpresa |
Primero fue en Nueva York, en el Instituto Cervantes, cuando la dama del pelo plateado y Premio Cervantes -Ana María Matute- dijo sin dudar que "la poesía es el pulmón para respirar la literatura". Después fue el Nobel Vargas Llosa, quien en el VIII Festival Internacional de Poesía Ciudad de Granada, sentenció que "el género literario supremo y excelso, de una perfección inigualable, es la poesía, el más antiguo que existe y donde la lengua se transforma en algo verdaderamente rico y esplendoroso". Más tarde, Antonio Muñoz Molina -miembro de la Real Academia Española- escribía en su blog (Escrito en un instante) que "la poesía siempre llega por sorpresa". Y por último, también en Nueva York -en la Americas Society- un joven escritor, un pibe barbado de nombre Andrés Neuman y ganador del Premio de Novela Alfaguara 2009, elegía para leer a la audiencia, no algunos párrafos de sus novelas, sino versos propios. Curiosamente, y a pesar de reconocer la importancia del género, ninguno de ellos, salvo el pibe Neuman, escribe poesía.
En cualquier caso, y animado por esta confabulación de elementos, vuelvo a hacer propósito de enmienda: leeré poesía y me dejaré seducir por su palabra buscando encontrar la misma tabla de salvación que Vargas Llosa encontró en Góngora cuando estuvo "aturdido" al meterse en política: "aunque fueran quince minutos me sumergía en un mundo de absoluta perfección y belleza". Intentaré también fomentar el hábito y aprovechar lo liviano de los libros de poesía, como escribe Muñoz Molina: "Tras el descubrimiento viene el hábito. El poeta se nos queda en la mesa de noche, en el cuarto de trabajo, su libro siempre al alcance de la mano, guardado en el bolsillo de la chaqueta o de la gabardina para leer en el metro, o en el banco de un parque. Los libros de poesía suelen caber bien en un bolsillo".
Espero entonces ese momento de descubrir, de encontrarme con la poesía, de dotarme de ese pulmón que permite respirar la literatura. Mientras tanto, esperando la sorpresa y haciendo mío uno de los comentarios al post de Muñoz Molina, diré también que "no entiendo por qué mi cerebro no disfruta de estas maravillas como yo quisiera. No habrá llegado el momento".
P.D.- Se admiten sugerencias.